En el ámbito de las ideas estéticas, el siglo XVIII supone la vuelta al modelo clásico greco-latino. Las características principales del neoclasicismo son:
Tendencia a expresar modelos genéricos, universales, y no temas personales o nacionales. Por ello, el arte neoclásico es muy homogéneo en toda Europa.
El arte y la literatura se ven sometidos a unas normas fijas, controladas por instituciones del Estado (Reales Academias).
Propósito educativo: la finalidad de la literatura es que sirva para educar al público más que para distraerlo.
El siglo XVIII
El atraso general de la sociedad y su aislamiento respecto del resto de Europa hicieron que las ideas ilustradas tuvieran escaso desarrollo.
En este periodo comienza el debate sobre la europeización de España, que concluye en la necesidad de modernización de la sociedad, de reformar las costumbres, con el objeto de superar las diferencias entre España y Europa. La literatura de la época refleja intensamente este conflicto entre tradición y modernización.Podemos distinguir tres periodos en el siglo XVIII español:
De 1700 a 1758: al instaurarse la dinastía de los Borbones franceses se introducen las ideas ilustradas, que chocan con los gustos del público, fiel al estilo posbarroco. El escritor más representativo es Feijoo
De 1759 a 1788: impulsada por el Gobierno, se produce la propagación de las ideas reformistas e ilustradas. Los escritores más importantes son Cadalso, Jovellanos y Meléndez Valdés.
De 1789 a 1808: retroceso de las reformas por temor a la Revolución Francesa. El escritor más significativo es Leandro Fernández de Moratín.
El marco social
A principios de siglo la población contaba con poco más de cinco millones de habitantes, pero a lo largo del siglo, con las mejoras de las condiciones económicas y sanitarias, llegó a duplicarse.
- La nobleza estaba constituida por los grandes terratenientes, que residían en la Corte; por una nobleza menor, que siempre vivía en función de las apariencias; por una nueva nobleza, que había obtenido sus títulos como consecuencia de poner sus dotes intelectuales al servicio del Estado, como Floridablanca o Campomanes; y por una nobleza provincial, muy ilustrada.
- El clero siguió teniendo un gran poder social y económico.
Los artesanos y oficiales vivían en las ciudades y estaban agrupados en gremios muy cerrados. - Los campesinos, sobre todo en los grandes latifundios, vivían en condiciones muy precarias.
El teatro y la poesía en el siglo XVIII
El panorama teatral del siglo XVIII se caracteriza por las frecuentes y enfervorizadas polémicas entre los defensores del teatro posbarroco, continuista y popular, y los que propugnan una renovación neoclásica. La poesía, por su parte, evoluciona desde los modelos barrocos hasta una sensibilidad prerromántica, pasando por la poesía neoclásica de Meléndez Valdés.
El teatro posbarroco
En la primera mitad del siglo XVIII se representan diferentes tipos de comedias, herederas de los estereotipos barrocos.
- Comedias puramente continuistas del teatro barroco: los dramaturgos dieciochescos se limitan a repetir el modelo de Lope y Calderón, pero sin su ingenio, habilidad y originalidad.
- Comedias de magia: tuvieron gran éxito en el XVIII, sobre todo entre el pueblo, ya que su única finalidad era entretener y divertir por medio de encantamientos, monstruos y cualquier otro espectáculo donde predominase lo sorprendente.
- Comedias heroicas: el gusto popular por lo asombroso explica igualmente el desarrollo de la comedia heroica.
El teatro neoclásico
El teatro del último tercio del XVIII adquiere un carácter didáctico.
Los neoclásicos abogan por la renovación del drama español, no sólo en los aspectos formales, sino también en los morales. Aparece así un teatro que pretende ser estructuralmente perfecto y de contenido educativo.La reforma neoclásica afecta a la tragedia y a la comedia, y sus modelos más inmediatos son de inspiración francesa.
Leandro Fernández de Moratín
Moratín supo aunar en la comedia la estricta ideología neoclásica con el éxito popular. Para él, la comedia debía perseguir por encima de todo una finalidad didáctica y había de ridiculizar comportamientos que nacían de la barbarie, la ignorancia y las malas costumbres.
Producción dramática
Su producción dramática se limita a cinco comedias, que satirizan los matrimonios concertados (El viejo y la niña, El barón y El sí de las niñas), la educación de los jóvenes (La mojigata) y las comedias populacheras de la época (La comedia nueva